El amor está de moda, mucho cuidado
Me preguntaba por qué Novak Djokovic ya no era ese jugador intratable al que no había manera de batir. Me alegraba un poco de ello claro, puesto que la bajona del serbio coincidía con una cierta resurrección de nuestro Rafa Nadal. Pero euforias aparte, quería saber qué pasaba con Nole. Lo último que sabía era que había caído sorprendentemente en Wimbledon contra Sam Querrey. Unos meses después, el desconocido Denis Istomin se lo cargaba también en el open de Australia.
Continuar leyendo